10.000 millas de navegación y dos cruces del Océano Atlántico.
Durante 1991, un grupo de jóvenes de Comodoro Rivadavia, Patagonia Argentina, construyeron con sus propias manos y artesanalmente el Catamarán a vela “Gandul”.
En Febrero de 1992, partieron con el “Gandul” hacia Europa, recorriendo puertos de Argentina, Uruguay, Brasil la Guyana Francesa y el Caribe.
Cruzaron el Océano Atlántico durante 23 días de navegación, y luego de una escala en las Islas Azores, llegaron a España.
Una vez allí, el barco fue expuesto en la Exposevilla 92 y se realizó un mural en el Puerto de Palos llamado “Por un mundo mejor”.
A fines del 92, emprendieron el regreso pasando por Islas Madeira, Islas Canarias y Cabo Verde.
La llegada de 1993 los encuentra cruzando por segunda vez al Atlántico, donde los sorprende un temporal muy intenso que dura más de 30 horas.
Nuevamente en América, bajan por la costa brasilera para volver a la Patagonia 14 meses después de la partida.
Durante abril y mayo de 1994 realizamos el mantenimiento del velero “Farallón IV” en San Fernando, y en junio zarpamos con una tripulación de tres personas desde Buenos Aires hasta Angra dos Reis en Brasil.
Una vez allí, pasamos cuatro meses navegando la Bahía de Ilha Grande, conociendo todos sus recovecos y secretos. Entre semana hacíamos el mantenimiento, y los fines de semana visitábamos diferentes islas.
Algunas semanas hacíamos de huéspedes, cocineros y guías de turismo para amigos y clientes del dueño del barco.
En julio, el dueño vino a pasar sus vacaciones de invierno y disfrutamos de unos lindos días de navegación y de las bellezas de la bahía.
Nuevamente siendo tres tripulantes, regresamos sin escalas a Buenos Aires.
Puerto Montt – Ushuaia – Cabo de Hornos – Río de Janeiro.
En dos pequeños catamaranes sin cabina y con cuatro tripulantes (dos brasileros y dos argentinos), zarpamos en noviembre del 2000 desde Puerto Montt, Chile.
Desde allí, recorrimos los fiordos chilenos hacia el sur en condiciones de mucho viento, frío intenso, nieve y granizo, rodeados de paisajes de ensueño.
Fue una navegación técnica y complicada, que exigió una gran demanda física. Cada tarde, buscábamos una playa para sacar los barcos, montar el campamento, armar las carpas, preparar una comida caliente y descansar, para luego desmontar todo al día siguiente, cargar los barcos y seguir navegando.
La primera etapa terminó en Ushuaia, Argentina, donde pasamos Navidad y Año Nuevo y nos preparamos para el cruce del Cabo de Hornos.
Luego de escalas en Puerto Williams y Puerto Toro, llegamos a la Caleta Martial en las Islas Herschel, donde esperamos las condiciones para dar la vuelta a la Isla de Hornos.
Superada esta etapa, iniciamos la remontada de toda la Patagonia Argentina hasta Buenos Aires y, desde allí, pasamos por Uruguay y llegamos a Brasil, finalizando, luego de más de 6 meses de navegación, en el Salón Náutico de Río de Janeiro de 2001.
Más de 20 días navegando contra los vientos alisios.
Viviendo en Río de Janeiro, me contratan junto a dos amigos cariocas para traer un velero desde el Caribe hasta Brasil.
Embarcamos en la Isla de Granada y, luego de una escala en Trinidad y Tobago, navegamos más de 15 días contra el viento y las corrientes del alisio del nordeste brasileño hasta llegar a Fortaleza.
Seguimos hacia el sur, haciendo escalas en Natal, Salvador de Bahía, y finalmente arribamos a Angra dos Reis.
En enero de 2003 partimos de Puerto Tablas en San Isidro, Buenos Aires, navegando en dos tablas de windsurf.
Cada día navegábamos entre 40 y 50 kilómetros, mientras una camioneta nos acompañaba por tierra, llevando las carpas y materiales de camping.
Cruzando la Bahía de Samborombón, se nos rompen las velas y naufragamos, dejando los equipos en la costa y caminando hasta la noche para conseguir auxilio.
Una vez recuperados los equipos, terminamos la etapa del Río de la Plata y comenzamos la navegación por la costa del Atlántico hasta arribar al Puerto de Mar del Plata luego de 20 días de viaje.
En abril de 2012 viajamos junto a dos amigos de Gualeguaychú hacia España para traer un catamarán hasta el litoral brasileño.
Embarcamos en Gibraltar y navegamos haciendo escalas en Marruecos, las Islas Canarias y las islas de Cabo Verde.
Desde allí, me vuelvo por razones familiares, y el barco finaliza su recorrido con mis compañeros, llegando a las costas brasileñas luego de una escala en la Isla de Fernando de Noronha.
Felipe Tommasi, un navegante argentino con una vida dedicada al mar, te invita a embarcarte en una aventura épica con su libro “2000 días en el mar”.
A lo largo de estas páginas, Felipe comparte sus experiencias más intensas y desafiantes, desde la construcción de catamaranes artesanales hasta la travesía de los mares más peligrosos del mundo.
Con un estilo narrativo que te sumerge en cada ola, Tommasi relata sus expediciones por el Cabo de Hornos, la vuelta a Sudamérica en Hobie Cats sin cabina, y la travesía de Argentina a España.
Este libro no es solo un diario de viajes, sino un testimonio de resistencia, pasión y la inquebrantable conexión entre un hombre y el océano.
Perfecto para aventureros y amantes de las historias de superación, “2000 días en el mar” es un viaje que no querrás perderte.
Nació el 21 de Mayo de 1972 en Gualeguaychú, Entre Ríos, Argentina.
De muy pequeño vivió en Buenos Aires con su familia. En 1984, un compañero de la escuela lo invita a hacer un Curso de Vela para niños en velero Optimist en el Club Náutico San Fernando.
Un par de meses después, su vida cambia radicalmente. Sus padres se separan y se va a vivir junto a su hermano y a su madre a Comodoro Rivadavia, en plena Patagonia Argentina.
Luego de un invierno intenso de nevadas, viento y frío, en el verano retomó las prácticas de Optimist en el Club Náutico Comandante Espora. Esta vez el desafío era navegar en el mar.
Este romance con el mar y el viento en las velas lo llevó a capacitarse haciendo cursos de Timonel, Patrón de Yate y aprendiendo deportes acuáticos como el kayak, windsurf, esquí acuático y wakeboard.
También compitió en numerosas Regatas Patagónicas, navegando en lugares como Puerto Madryn, Caleta Olivia, Puerto Deseado, Puerto San Julián y diferentes lagos de la cordillera.
En 1991, junto a su profesor de náutica y un grupo de amigos, construyen el Catamarán Gandul y viajan durante 14 meses de ida y vuelta a Europa, cruzando dos veces el Océano Atlántico.
A partir de ese momento dedicó su vida deportiva y profesional a la náutica: dictando cursos de Optimist para niños y cursos de náutica para adultos en diferentes clubes de la Argentina.
En 2000 recibe su primera oferta de trabajo profesional. Participa en la Expedición Ruta Austral, navegando en catamaranes sin cabina Hobiecats desde Puerto Montt (Chile) hacia el sur, cruzando el Cabo de Hornos y llegando a Río de Janeiro (Brasil) luego de 6 meses de viaje.
Establecido hace 20 años en Gualeguaychú, donde estudió Turismo, divide su tiempo entre los Cursos de Navegación, los Paseos Náuticos con Turistas, la dirección de obra y construcción de embarcaciones a vela y el traslado de veleros y cruceros hacia diferentes puertos del mundo.
Felipe Tommasi Náutica y Turismo
Navegante, aventurero y guía náutico, con una vida dedicada al mar y a compartir experiencias inolvidables en cada travesía.
Colombo 765
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